LO BONITO DE MI PAÍS VENEZUELA: LA #UCV






Quiero aprovechar esta oportunidad para destacar aquello que considero lo mejor  de mi país: LA CASA QUE VENCE LAS SOMBRAS #UCV. He aquí un poco de su historia. 



La Universidad Central de Venezuela inicia su historia con la fundación del Colegio Santa Rosa de Lima por Antonio González de Acuña en 1673. Es allí, en esa misma Capilla del Seminario, donde más tarde se declara la Independencia de Venezuela el 5 de Julio de 1811. 


Tras múltiples gestiones por parte de los venezolanos, el Rey Felipe V concedió, en el 22 de Diciembre de 1721,  facultad al Seminario de otorgar grados mediante la Real Cédula y el 18 de Diciembre de 1722 el Papa Inocencio XIII le otorgó carácter de Pontificia. Inicialmente se impartieron clases de teología, medicina, filosofía y derecho, todas ellas en latín, pero eventualmente el régimen académico se independizó del seminario y el 11 de Agosto de 1725, el Obispo de Caracas Juan José de Escalona y Calatayud, instala el Real y Pontificio Seminario Universidad Santa Rosa de Lima de Santiago de León del Valle Caracas.


La Universidad de Caracas comienza a modernizarse a finales del siglo XVIII, gracias al rector Baltasar de los Reyes Marreros quien inicia la enseñanza de la filosofía racionalista de Locke, Newton, Leibnitz, Descartes y otros filósofos, convirtiéndose en semillero de la Independencia. 



Durante su última visita a Caracas, Simón Bolívar, José María Vargas y José Rafael Revenga redactan los estatutos Republicanos de la Universidad de Caracas,  que la dotan de plena autonomía, carácter secular y renta. Estas nuevas normas amplían la visión educativa y se incorporan  nuevas cátedras y laboratorios, se eliminan el injusto procedimiento de seleccionar los alumnos por el color de la piel, aminoran el costo de los títulos  universitarios, aumentan el sueldo de los catedráticos, suprimen el latín como lengua oficial de enseñanza y dotan a la Universidad de un inmenso patrimonio económico, representado en tierras y haciendas. Estas nuevas rentas permiten que se elimine lo de Real y Pontificia y trasciende su jurisdicción regional pasando a ser la Universidad Central de Venezuela  en alusión a la nueva República. 


Desde el año 1953, la Universidad Central de Venezuela se encuentra ubicada en la Ciudad Universitaria de Caracas, decretada en 1943 por el presidente Isaías Medina Angarita, proyectada arquitectónicamente  por el maestro Carlos Raúl Villanueva. Es la más emblemática  de sus obras cuya magnificencia llegó a su máxima expresión el 30 de Noviembre del año 2000, cuando se declara  la Ciudad Universitaria de Caracas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.




 

Originalmente la Ciudad Universitaria estaba en la afueras de Caracas, en los terrenos de la Hacienda Ibarra (antigua propiedad de Simón Bolívar), y tardó aproximadamente 20 años en construirse en su totalidad. En su proyecto original, la Ciudad Universitaria estaba formada  por 60 edificios distribuidos entre zonas verdes que cubrían unas 203 hectáreas. Actualmente, se encuentran en ella más de 70 edificios. La Ciudad Universitaria también alberga una de las colecciones de arte más importantes del mundo, la cual incluye a los edificios como ejemplo del movimiento modernista del siglo XX y murales, mosaicos, vitrales y esculturas de artistas abstracto-geométricos, constructivistas, surrealistas y figurativistas de la talla de Fernand Léger, Victor Vasarely, Jean Arp, Wilfredo Lam, Alexander Calder, Alejandro Otero, Francisco Narváez, Oswaldo Vigas, Pascual Navarro y Mateo Manaure, entre otros. Casi todas las obras se encuentran en los jardines, techos, paredes y ventanas de los edificios, convirtiendo el universitario en un virtual museo al aire libre.




En estos 295 años de historia universitaria (1721-2016), la Universidad ha gozado de autonomía plena, sin embargo, en ocasiones, regímenes políticos se han reservado el derecho de designar las autoridades y no ha faltado época en que la Universidad se haya visto obligada a suspender sus actividades. El cierre más prolongado de sus funciones docentes ocurrió durante la dictadura Gomecista, donde se decretó su clausuro por 10 años. (1912-1922).


De sus laboratorios han salido la vacuna contra la lepra creada por Jacinto Convit, la Vacuna New Castle que ha hecho posible la cría masiva de aves de corral, la raza Carora de ganado vacuno, así como ganado de engorde y lechero de gran calidad; el pabellón de Venezuela en Sevilla para la celebración del V Centenario del Descubrimiento. 


De sus aulas han egresado más de ciento cincuenta mil profesionales que contribuyen al desarrollo de nuestra país.  Por mucho que se cuestione su funcionamiento y sus directrices docentes, las irritantes y mezquinas pugnas políticas y las cifras del presupuesto, la UCV merecerá siempre el respeto y el agradecimiento de la sociedad venezolana.


Y, aunque son tiempos difíciles, no es momento de decaer. 


Quiero aprovechar esta oportunidad  para evocar las letras de Claudio Nazoa y recordarles que,  la UCV siempre vence las sombras…



TIC-TAC #UCV 


Carlos Raúl Villanueva pasea por la Universidad Central de Venezuela. Se detiene frente al reloj. 

Compra una chicha ligadita con ajonjolí.


Alguien lo llama. Es el gran reloj el que le habla:


— ¡Maestro! ¡Ayúdenos! Estas horas son negras y pesadas. Son horas de brutalidad e ignorancia. Por favor, sáqueme de aquí. Regréseme al diseño que soñó sobre su mesa de dibujo.


Calcinado por el sol, el gran reloj de la UCV continúa:


—Yo siempre apuré a profesores y alumnos, quienes llenos de alegrías y proyectos pasaban por aquí. No fui diseñado para girar hacia atrás. Debo ir hacia delante.


Villanueva, escuchaba.


—Mi base helicoidal me inspira a ir hacia arriba. Soy símbolo del tiempo universitario que marca la inteligencia sublime que siempre me ha rodeado.


Mis segundos se convierten en minutos, en horas… en años. Soy, mi estimado profesor, el tiempo útil de jóvenes que aprenden a vivir.


Marcando las doce, el reloj unió sus agujas como si fuera a orar.


—Dígale a Calder que nos preste las nubes de la cubierta arqueada que flotan sobre nuestra Aula Magna. Dígale que, montados sobre ellas, volaremos hacia la UCV que soñó. ¡Apúrese, maestro! Vargas espera. El mundo no es de los violentos. Es de los justos.
 

Villanueva terminó de tomar su chicha.


—Querido reloj. Tú, Calder, Vargas y yo, nos quedamos. Acompañaremos a la UCV, a los justos, a quienes piensan, enseñan, estudian y aman en libertad… Lo que aquí hay es un problema de plomería. Se rompió una cloaca y la porquería, las ratas y las cucarachas, invadieron este recinto… No te preocupes. Ya vienen plomeros de boinas azules a limpiar.


El reloj, más erguido que nunca, miró con nostalgia. Uno de sus números, cual si fuera una lágrima, se desprendió y cayó sobre la Plaza del Rectorado.


—Calma –dijo el arquitecto–, no eres el único que sufre en Venezuela. Los relojes como tú nos alertan que el tiempo se diluye… Te pido tiempo. El que marcas. El que no avergüenza… Tranquilo. Todo será como antes. Eres testigo de que la UCV siempre vence las sombras, la brutalidad y la estupidez; que en vano, tantas veces, han tratado de posarse en ella.

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1 comentarios

  1. Que hermosa es la casa que vence las sombras , es un honor formar parte de los egresados de esa maravillosa casa de estudio donde nuestra meta no es estar sobre las nubes sino "Bajo las nubes de Calder" , También es importante destacar que hacen antídotos , vacunas y las bellas aves tropicales del jardín botánico que pasean por los alrededores de la Ciudad Universitaria . U U UCV U U UCV !

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